Como en casa...

...en ningún sitio. Y cuánta razón. Porque es en casa, hábitat natural del "homo sapiens zampabollos" (nombre científico de ese ser que traspasa la puerta de la cocina, movido por la necesidad de ingesta de alimentos), es donde uno puede "repantingarse", ponerse cómodo, descalzarse, rascarse a placer y sin que nadie le mire raro... En definitiva, todas esas conductas que solemos omitir en público. 

Y ya dentro de casa, concretamente en la cocina, es donde la cosa mejora. Sí, mejora. Es donde realmente se puede, más si cabe, ser uno mismo: se puede comer en chándal, mojar la miga del pan en la salsa (en mi casa no es un placer, sino casi una obligación), coger la comida con las manos (no toda claro, la sopa es difícil...), levantar el tono de voz... De nuevo, todas esas conductas que en público solemos evitar. 




El motivo de contaros yo todo esto, no es que penséis que en casa somos unos guarros comiendo o algo así, (en mi casa el que no se lava las manos antes de sentarse a la mesa, se lleva un collejón, entre otros ejemplos), ni muchísimo menos, sino haceros saber la manera en la que hacemos las cosas en casa para que luego, al leer en una receta algo así como "y ya está lista la tarta, ahora queda lo más importante... ¡¡remangarse y rechupetear todas las cucharas", no os asustéis y compartáis con nosotras el buen humor que nos gastamos en la cocina (si es que comer es un placer) y esas costumbres familiares que, no lo neguéis, ¡¡TOD@S VOSOTR@S HACÉIS!! (Y si no lo hacéis, lo estáis deseando =D)

¡Ah, sí! Lo olvidaba. Otro motivo por el que viene toda esta parrafada es contaros la forma en que están disùestas nuestras recetas. Sería algo así: 

--EL PORQUÉ: ¿Porqué esta receta y no otra? Puede que a vosotros os importe poco, y a lo que vayáis sea a la preparación propiamente dicha, pero a mi me parece que todas las recetas de este blog, (sobre todo las relativas a postres y dulces, tienen un motivo). Unos amigos que vienen a comer y queremos "lucirnos", que pensábamos hacer un bizcocho, nos hemos quedado sin huevos y hay que hacer otra cosa, que hacía mucho calor y no nos apetecía comer nada de cuchara, que es el cumple de papá y cocinamos su plato favorito, que ha venido la abuela y se nos ha puesto a hacer las comiditas de antes de la guerra.... Hay taaaantos motivos por los que ÉSTA receta y no otra...




--INGREDIENTES: Poco queda por añadir. Se trata de una lista de ingredientes (ninguno del otro mundo, todos fáciles de encontrar en cualquier cocina), normalmente para 6 personas (que son las que solemos comer en casa), y si no, lo especificaré. 




--PREPARACIÓN: No necesita explicación. Se trata del proceso que seguimos en casa para hacer ese plato. Distribuida por pasos, incluye tiempos, fotos, consejos, recomendaciones, experiencias personales, etc.


 
--EN CASA...: Para mí, EL PUNTO MÁS IMPORTANTE DE LA RECETA, el momento en el que os contamos cómo nos lo comemos en casa. Porque a ti te ponen un filete delante y piensas "fácil, cojo el cuchillo y el tenedor y..." Bien, eso es lo que harías tú, pero en CAM LOLA somos muy geniales, y un simple filete se convierte en una aventura que puede comerse de tantas formas distintas como comensales haya en la mesa: Mi madre lo corta en trocitos muuuuuuuy pequeñitos y se los va comiendo poco a poco junto a la guarnición; mi padre, metido en su papel de papá Oso, lo corta en cuatro "cachos" que mastica con severidad; mi hermano le quita primero todas las ternillas, nervios, bordes, loqueseaqueveaynolegustedelfilete y luego ya le echa sal y ¡A DEVORAR CUAL FELINO! (es lo que tienen los adolescentes deportistas, que comen como limas); mi abuela lo corta con cuidado, y va comiendo un trozo de filete, un poco de guarnición, un trozo de filete, un trozo de guarnición, un trozo de filete...; en cuanto a mi... Voy a ser honesta, depende del tipo de carne, pero como buena panarras que soy, normalmente me corto un buen trozo de pan, lo pringo en la salsa (del plato o de la sartén, me es indiferente), y me pongo el filete dentro a modo de bocata. Y no me avergüenza admitir que somos peculiares comiendo... ¿por qué? 

Porque como en casa... ¡en ningún sitio! 


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